Records d'Avinyó

Calaf

Cinco años atrás, como respuesta a una convocatoria para proyectos de arte realizada por Idensitat, una organización artística en Cataluña, propuse mudarme desde mi hogar en el Bronx, Nueva York, hasta Calaf, un pueblo cerca de Barcelona. Mi interés era el de conocer a todos los habitantes del lugar, y partir desde este proceso para iniciar una serie de interacciones de carácter social con los/las vecinos/as del área. Al final, estos intercambios terminarían tomando los más diversos formatos, desde conversaciones individuales o en grupos, hasta visitas a organizaciones locales para compartir con sus integrantes. Así se inicia mi relación con el pueblo en cuestión, un lugar al que antes de viajar en el 2007 sólo había visitado por la Internet.

“Encantado de Conocerte,” que es como llamara la experiencia de arte y vida que realizara en Calaf, tenía como uno de sus objetivos ofrecerle la posibilidad a un visitante de pasar a ser local y, de invitar a los residentes del pueblo a observar detenidamente lo que significa ser un/una habitante del lugar.

Avinyó

Invitado de nuevo por IDENSIAT y Cal Gras, en el verano del 2011 viajé por primera vez a Avinyó para iniciar diálogos e intercambios con las personas mayores del pueblo. Esta iniciativa está inspirada por mi visita previa a Calaf y por un ciclo de talleres y encuentros que realizara anteriormente en el Bronx con un grupo de residentes de La Casa de Felicidad, un edificio de viviendas para jubilados/as. Como parte de este proceso, los/las integrantes de La Casa de Felicidad trabajaron desarrollando acciones de arte y vida diaria o enfatizando aspectos importantes de sus vidas diarias.

En Avinyó he propuesto expandir la conversación que surgiera con los/las residentes del Bronx, para invitar a un grupo de jubilados/as en el pueblo a participar en intercambios efímeros en los que planteo hacer una reflexión sobre tópico de la madurez con relación a la memoria, los recuerdos y la identidad. Estos intercambios tendrán la opción de quedar documentados en fotografías tomadas por los/las residentes mismos. La intención es que las imágenes generadas sirvan como postales de Avinyó, y que además se conviertan en un recuerdo del intercambio entre un visitante y los residentes del pueblo.